Hace 35 años, el mundo adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), un tratado histórico que estableció que niñas, niños y adolescentes son sujetos plenos de derechos. Aunque esta Convención representa avances importantes en la región de América Latina y el Caribe, las regresiones en derechos humanos de la niñez exigen una reflexión urgente y acciones concretas por parte de los Estados para cumplir con sus compromisos internacionales.
Hoy, la situación de la infancia es alarmante: más de 87 millones de niños y niñas viven en condiciones de pobreza, cifra que aumentó debido a la pandemia de COVID-19. La región enfrenta además retos en la calidad educativa, la violencia de género, el reclutamiento por grupos armados, y la migración forzada, problemáticas exacerbadas por contextos de autoritarismo, corrupción y militarización.
Desde Tejiendo Redes Infancia, reiteramos la exigencia de que los Estados cumplan con las obligaciones asumidas en la CDN y que trabajen activamente para garantizar un futuro digno para cada niño, niña y adolescente. El retroceso en derechos infantiles es evidente. Gobiernos de la región están reduciendo la edad penal y permitiendo detenciones arbitrarias de adolescentes en contextos de protesta social, como se observa en Venezuela, Perú y Cuba. Asimismo, persiste el silencio ante la explotación de jóvenes y adolescentes en redes de macrocriminalidad que operan con impunidad.
Particularmente preocupante es la violencia de género que sufren niñas y mujeres jóvenes, con un incremento de feminicidios y abusos sexuales. En Colombia, al menos 1,000 menores son reclutados anualmente por grupos armados, mientras que en las fronteras de Venezuela y México se vive una crisis humanitaria que impacta a miles de niñas y niños migrantes.
En este contexto, la falta de espacios para la participación de niñas, niños y adolescentes en las decisiones que les afectan perpetúa el adultocentrismo y bloquea las posibilidades de cambio estructural.
La CDN y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 19) establecen que la niñez tiene derecho a medidas especiales de protección y al disfrute pleno de sus derechos humanos. Estas normas exigen a los Estados garantizar el desarrollo integral de la niñez, priorizando su bienestar frente a intereses políticos o económicos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha señalado que las políticas públicas deben basarse en el principio del interés superior del niño y estar orientadas hacia la prevención de violaciones a sus derechos. Esto incluye priorizar la educación inclusiva, garantizar entornos seguros libres de violencia y desarrollar mecanismos efectivos para la participación infantil.
En el ámbito nacional, es fundamental que las instituciones trabajen desde enfoques interdisciplinarios e interseccionales, superando la mirada patrimonialista y adultocéntrica. Ello implica reconocer a las niñas y niños como agentes de cambio y garantizar su acceso a la información, a la justicia y a servicios esenciales como la salud y la educación.
Ante este panorama, desde Tejiendo Redes Infancia, llamamos a los Estados a tomar medidas urgentes para garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes:
-Combatir la pobreza infantil: Los Estados deben implementar políticas públicas redistributivas que reduzcan la desigualdad estructural, garantizando acceso a educación, salud, alimentación y vivienda digna.
-Prevenir la violencia: Adoptar políticas integrales para erradicar el feminicidio, el reclutamiento forzado y la violencia de género, fortaleciendo los sistemas de justicia y protección.
-Atender la crisis migratoria: Establecer protocolos humanitarios que protejan a la niñez migrante y garanticen el derecho a la unidad familiar, en línea con los estándares internacionales.
-Fortalecer la participación infantil: Crear mecanismos que aseguren la representación de niñas, niños y adolescentes en los procesos de toma de decisiones a nivel local, nacional y regional.
-Cumplir los compromisos internacionales: Renovar el compromiso con la CDN y otras normativas, asegurando la aplicación efectiva de los estándares de derechos humanos en todas las políticas públicas.
En este Día Universal del Niño, reafirmamos que no hay avance social sin la garantía plena de los derechos de la infancia. América Latina y el Caribe deben priorizar a sus niñas, niños y adolescentes, no solo como una obligación moral y legal, sino como una inversión en el futuro de nuestras sociedades. Hacemos un llamado urgente a los Estados para que detengan las regresiones, fortalezcan las democracias y cumplan con su deber de proteger a los más vulnerables. Nuestra región merece una infancia segura, próspera y libre de violencia.
Invitamos a conocer y compartir la campaña #EnConexiónConLaNiñez que realizamos por segundo año, con el fin de promover acciones a favor de los derechos de la infancia. Sigue el hashtag de la campaña y nuestras redes sociales @tejiendoredesinfancia
Juan Martín Pérez García
Coordinador
*Tejiendo Redes infancia.