La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) incrementó su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México a 3.3 por ciento para este año, desde 2.6 por ciento estimado en junio pasado al presentar el OECD Economic Outlook (Perspectivas Económicas de la OCDE).
Así mismo, elevó su previsión de crecimiento de la economía de México en 2024 a 2.5 por ciento desde 2.1 por ciento.
Este ajuste de las proyecciones del PIB de nacional se da en un contexto de bajo crecimiento económico mundial y una inflación general en franco descenso, pero con una inflación subyacente “persistente” que obliga a los Bancos Centrales en el mundo a mantener una política monetaria restrictiva.
La OCDE prevé que el mundo desacelere su crecimiento económico a 3 por ciento, desde el 3.3 por ciento proyectado en junio pasado y considera que para 2024, las economías mundiales reporten un descenso al llegar a 2.7 por ciento, cifra menor al 2.9 estimado previamente.
En el caso de Estados Unidos, principal socio comercial de México, la OCDE pronostica que ese país crezca 2.2 por ciento en 2023 desde 1.6 previsto en junio pasado. Y para 2024, calcula que avance 1.3 por ciento, sólo 0.3 por ciento más, que su proyección pasada, dejando atrás el fantasma de la recesión.
Los riesgos para el crecimiento, según el organismo internacional, seguirán siendo “la incertidumbre sobre la fuerza y la velocidad de la transmisión de la política monetaria y la persistencia de la inflación«.
Los efectos adversos de las tasas de interés más altas podrían resultar más fuertes de lo esperado y una mayor persistencia de la inflación requeriría un ajuste adicional de las políticas que podría exponer las vulnerabilidades financieras.
Agregó que también es un riesgo clave para la economía mundial, una desaceleración más pronunciada de lo esperado en China, porque ello afectaría el crecimiento de la producción en todo el mundo.
La política monetaria siga siendo restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes han disminuido de manera duradera.
En tanto, la OCDE reconoció que los gobiernos se enfrentan a crecientes presiones fiscales derivadas del aumento de la carga de la deuda y del gasto adicional en el envejecimiento de la población, la transición climática y la defensa.
Por ello, dijo por último que “se necesitan mayores esfuerzos a corto plazo para reconstruir el espacio fiscal y planes fiscales creíbles a mediano plazo para alinear mejor las políticas macroeconómicas a corto plazo y ayudar a garantizar la sostenibilidad de la deuda”.
Leave feedback about this