La compañía de servicios integrales para el sector energético ha implementado una serie de acciones sustentables para mitigar el impacto del cambio climático y cumplir con las normativas que marca la ley.
Reciclar el PET, sembrar árboles, cuidar el uso de agua y disminuir el consumo de energía eléctrica son algunas de las acciones que prioriza Química Apollo en su compromiso para reducir el impacto ambiental. Medidas necesarias para garantizar el futuro de las próximas generaciones ante la amenaza del cambio climático.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en este verano del 2023 la humanidad ha entrado en la era de la ebullición global, lo que se refleja en las altas temperaturas alcanzadas durante julio, que rompen todos los récords existentes hasta entonces, por lo que es más urgente que nunca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Comprometida con el medioambiente, Química Apollo, empresa de servicios integrales para el sector energético desde hace 4 décadas, ha desarrollado una serie de acciones sustentables y campañas para concientizar a su personal sobre esta situación y, sin duda, lograr un impacto positivo, explica Juan Ángel Orta Cruz, coordinador de gestión ambiental de la compañía.
“Buscamos favorecer el desarrollo sustentable con acciones como la instalación de medidores de agua, procurando su eficiencia, así como actividades que también ayudan a disminuir el consumo energético”, menciona el experto, cuya posición es darle cumplimiento legal a todas las actividades que realiza la empresa.
Garantizando el cumplimiento, Química Apollo cuenta con la certificación ISO 14001, que tiene el propósito de aplicar un plan de manejo ambiental en cualquier organización del sector público o privado. La empresa también implementa otras normas para proteger el medioambiente, algunas de ellas de cumplimiento voluntario.
En pro del cuidado del planeta
Entre las acciones que realiza la empresa se encuentran la separación y revalorización de los materiales reciclables que se lleva a cabo desde hace 14 años. “Tenemos al día de hoy 78 toneladas, que se han podido colocar con proveedores certificados. Es muy importante entregar estos residuos a un proveedor que cuente con permisos registrados ante la Semarnat y que pueda hacerse responsable de esos materiales”, explica el coordinador de gestión ambiental.
Además, recientemente, se hizo una campaña de reforestación con la participación del 20% del personal que trabaja en el corporativo ubicado en Toluca, Estado de México. La meta es que ésta se realice cada año y que en el próximo evento la participación crezca al 30%.
“Queríamos hacer algo que además de impactar al interior de la empresa, tuviera un impacto positivo al exterior, entonces nos acercamos a una asociación civil que nos fue guiando en todos los pasos para poder lograr la plantación”, añade Juan Ángel Orta Cruz.
Juan Ángel detalla que la organización Cultura Futura les ayudó a tramitar los permisos ante la Secretaría del Medio Ambiente y con el Municipio; así como a buscar las especies de árboles adecuadas al espacio donde se plantaron.
“El compromiso con esta asociación civil va más allá de solo ir a plantar árboles; asumimos el seguimiento en campañas de riego una vez terminada la época de lluvias. La tasa de éxito es muy baja, entonces, ir a regarlos garantiza que ese porcentaje aumente”, asegura.
Otras de las campañas que ha desarrollado la empresa tienen que ver con la recolección de tapitas, de envases de plástico, de papel, de aparatos electrónicos y de pilas. Además, se busca fomentar la cultura de no imprimir si no es necesario y reciclar el embalaje con el que llegan los materiales.
“Impartimos cursos en donde se inculca esta parte de separar el tipo de residuo de acuerdo a su clasificación desde el primer momento, evitando que se contamine con las sustancias con las que trabajamos y que llegan a ser peligrosas”, menciona Juan Ángel Orta Cruz.
De acuerdo al sistema de gestión ambiental que tienen, en la compañía se cumple con disminuir 10% los residuos sólidos por persona, ya que el año pasado fueron 3.9 kilos y este año se ha reducido a 3.5 kilos.
“Buscamos hacer conciencia que, además del beneficio para el medioambiente, también lo será para todos nosotros como seres vivos. No basta con cumplir un indicador o un objetivo, sino concientizar que son buenas prácticas que podemos replicar en nuestras casas y enseñar a nuestros hijos”, dice Juan Ángel Orta Cruz, coordinador de gestión ambiental de Química Apollo.
dhfm
Leave feedback about this